domingo, agosto 02, 2020

La mejor amiga del mundo

Cuando te conocí, no sabía la aventura que estaba por vivir. Cuando entré a recogerte tú me escogiste, recuerdo que aventaste a tu hermana con tal de ser tú la que cupiera en mis brazos, desde ahí supe que para toda la vida, ya fuera la tuya o la mía, pero seguro estaba de que sería para toda la vida. 
Hoy, a 7 meses de tu partida, me preguntaron que quién eras tú y mi respuesta fue: el amor de mi vida. Fuiste esas caminatas con frío o con calor que me obligaban a cuidar de ti en vez de solo a mi.
Eres y siempre serás esa silla mordida en tus ratos de ansiedad o soledad. 
Eres ese ladrido desesperado cuando nos íbamos alejando de la casa. 
Eres esa mancha en la pared junto a mi puerta que me recuerda que por ahí te hacías espacio cuando la puerta estaba entre abierta. 
Eres esos dos platos rojos, mi color favorito, donde muchas veces te vi empujar tu comida con desagrado cuando otra vez te tocaban croquetas. 
Eres esa culpa por haberte regañado cuando te comiste la portada del libro de Angeles Mastretta que mi amigo Anibal me regaló. 
Eres esos paseo a Chapultepec, cuando ibamos a dar la vuelta solos tú y yo y eres ese salto con ganas de atrapar un pájaro y por imprudente terminaste en mojada en una fuente, tú que tanto odiabas el agua. También estuviste en la Maquesa con toda la familia o Huasca donde no se sabía quien era el más desobediente de todos los niños: tú, Richie, Diego o los tres juntos. O también ese paseo al Nevado de Toluca, ¡como nos divertimos y como te cansaste! Compartimos tú y yo a mis tres perritas favoritas y ahí iba yo con mi manada de perras riendonos, sacandonos fotos contigo en ese viaje... yo ahí sabía que ya empezabas a despedirte y aún así tantos lugares que me hicieron falta contigo, tonto yo que creí que eras eterna. 

Hoy me dijeron que lo que yo traigo es tristeza atorada o mal manejada, alguien más me dijo que la tristeza no se maneja, solo se deja libre, se deja salir y yo te traigo callada desde hace 7 meses. 

Es que solo fuiste un perro, es que ya estás descansando, es que ya estás en paz, es que afortunada tú por habernos tenido como dueños, es que viviste muy bien, es que... es que... ES QUE YA NO ESTÁS, digan lo que digan, y por más que yo quiera creer que estoy bien, porque solo fuiste un perro, la verdad es que no, la verdad es que te extraño mucho. Tú me escogiste, tú me esperabas, tú me buscabas, tú te deshacías en amor cada vez que yo llegaba a casa, tú exigías mi atención rompiendo todo lo que se te pusiera en frente, tú estuviste siempre cuando yo regresaba de quién sabe que locuras y mis intentos fallidos por irme a quien sabe donde, pero por más que fallará en ir y venir, enamorarme y no, tú siempre ahí... con una oreja levantada y otra no, con tu pelo chino y gris, con tu aliento apestoso.

Y que decir con todas esas veces que creía que el amor me dejaba... tú te quedabas conmigo y me daba cuenta que el amor estaba ahí y cuando alguien me dice "el amor no existe", yo tengo la certeza de que sí existe y de que tuve la suerte de que me escogiera, de crecer juntos y ahora honrarlo.

Sí, todo proceso en la vida es nacer, crecer, a veces reproducirse, madurar y morir... y a pesar de que meses atrás notaba tu deterioro, creí que estarías conmigo un poco más, un año más, unos meses más, tal vez unos días más... pero ya estabas muy cansada, 14 años y medio de amor incondicional también tienen que transcender y hasta tus últimos días me hiciste feliz. 

"Bree, cuando te tengas que ir, que sea conmigo y en mis brazos" te decía mientras te abraza todos los días que pude abrazarte desde que te noté más decaída, incluso te dije "o dame una señal de que ya no puedes seguir aquí para que te ayude a partir sin dolor" y oh sí que lo hiciste. El viernes  27 de diciembre del 2019, te desmayaste de la nada, eso era inusual porque solo lo hacias con cualquier tipo de exaltación y ese día de la nada te desvaneciste y a pesar de que despertaste, volteaste a verme y ya no te pudiste parar. Lo supe con verte a los ojos, tú tiempo había llegado... necio yo que te pedía que te levantaras, "por favor Bree, levántate, todavía no te vayas, aún no estoy listo" pero tú ya lo estabas y ya no podías aguantar. Te cargué y perdiste el conocimiento en mis brazos, justo como te lo pedí. Dicen que el llanto de los vivos retiene a los que se van y tú regresaste de lo que pensé era tu partida. Pensé en llevaste al hospital, pero sabía y tú sabías. Te acosté en tu cama, que puse sobre la mía y me quede contigo viéndote sufrir en tus últimos momentos. De nuevo volví a pedir que no te fueras, "tú no, no me dejes, quédate por favor...", hasta que entendí. Minutos después y no sé con qué entendimiento le pedí a María, Vicenta y Daniel, mis muertos, que te vinieran a acompañar, que me ayudaran a que no sufrieras más, pedí y pedí y volví a pedir por que dejarás de sufrir y fue cuando tomaste una última inhalación, como si fueras a tomar impulso para un gran viaje y así fue... no volviste a inhalar y yo me quede con el corazón roto, vacío, en pausa y así me quedé 7 meses después de que te fuiste.

Ninguna otra emoción me permití, vivía agradecido de saber que los días eran iguales unos a otros, el resguardo de la pandemia fue mi guarida para no sentir nada y mi pretexto para no acompañar en el dolor a aquellos que dolor tenían, no tenía y aún no tengo las palabras para consolar a alguien, sino era capaz de ponerle nombre a eso que me tenía inmóvil, menos a acompañar a alguien más.

Sabes... el 4 de julio, llegó de manera abrupta a nuestras vidas una nueva mascota que quise desde que supe que llegaría a mi vida y justo con su llegada mi cuerpo y mi corazón necesitan ponerle nombre a eso que intente dejar dormido, inmóvil, muerto... la tristeza de no tenerte. 

El amor sana y mi nueva integrante vino a sacar ese dolor y tristeza de tu ausencia, a recordarme lo bonito de amar y gracias a todo lo que aprendí de ti, se que puedo hacerlo mejor porque me ayudaste a crecer. 
Sí, para muchos fuiste una perrita, una mascota, un animal... pero para mi fuiste mi mejor amiga. 
Siempre, siempre te voy a llevar conmigo BREE.
Gracias por tanto. 

 

Abrazos perdidos

Canción para leer: Camino para volver - Conchita Si los hubiera abrazado más pienso que tal vez se hubieran quedado más, no lo sé y no lo sa...