La vida da premios y para prueba todos aquellos que en el azar
se han llevado alguno, obviamente hay quien abusa de la suerte; también están
todos aquellos que se han ganado el premio mayor, algún premio en las rifas o sorteos,
no hay que olvidar mencionar a los que se encuentran dinero o cosas sin dueño
en la calle y que son encontrados como una bendición, es como si algo nos debiera
la vida y con esos pequeños o grandes detalles nos lo pagara; pareciera que yo
esta semana tenía varias facturas a favor porque la vida me pago con tantas
coincidencias y encuentros que estoy seguro que nada es casualidad.
El encuentro diario de quien alimenta mi vida es algo que se
agradece, por ello ver a Karla Palacios pedaleando en ecobici, casi chocar ella
sola con un coche estacionado, gritando como solo ella saber hacerlo a las 6 de
la tarde con tal de ir al cine, es un encuentro que alegra; verla lidiar con el
día día de lo que parece insoportable es para decirle que todo fuera como tratar
con un pelmazos y malas vibras, la vida nos pone a aprender de cosas así y más
vale hacerlo ahora con ojos bien abiertos y excelente actitud o todo se repite,
por eso nos acompañamos lidiando y riéndonos de los pelmazos.
Abrazar a Brenda Cacho esforzándose por crecer lo que su corazón
siente y amando a pesar de los años merece todo mi respeto. Con ella fue hablar
de cáncer, luchas y derrotas; fue hablar de lo incierto del futuro y de lo
maravilloso de tenernos ahora en el presente, sanos y con ganas de más, bueno,
también con ganas de menos drama y más amor, menos apegos y más intensidad, menos
reproches y más momentos genuinos, porque uno no sabe cuando llamaran para decirte que alguien de tu familia está enfermo o grave o peor aún, que ya murió,
por eso a bailar viviendo y abrazando amando porque esto es un juego y encontrarla
en Canadá fue un premio.
De las casualidades maravillosas fue encontrarme con Jessica
Guerrero, mejor conocida como la mujer más lepera del mundo, pero una de las
más auténticas, ella puede elegir algo hoy y mañana arrepentirse y maldecirse
por pendeja, pero consciente de que todo lo hizo bajo su propia
responsabilidad, total, ella es humana como todos y tiene derecho a
fallar, pero lo que le sale mejor a esta mujer es levantarse y luchar, admirable
su franqueza y su lengua asertiva, Tika un gusto encontrarte en la calle, pero una fortuna que formes parte de mi corazón.
Encontrar a Emmanuel Bonilla con el amor de ha elegido es
ver el blanco y al negro, uno en su máxima pureza y el otro con toda su
oscuridad, pasando por todas las gamas que hay entre ellos para por fin estallar
en mil colores, él me ha enseñado que uno no ama para entender, uno ama porque
sí y zan se acabo; uno no viene a juzgar sino a acompañar y tratar de curar los
descalabros y dejar que otros nos curen con su amor y compañía, encontrarnos a
pesar de las locuras y desencantos es amor de hermanos.
Daniel Alencar, merece una historia aparte porque fue mi
cierre de año y mi inicio de muchas cosas, me está haciendo conocerme y me
hace pensar en lo que quiero y en lo que no debo de ser con la gente que se ama, ya
contaré más de él en otro cuento.
Ver a Alan Pérez fue recordar Canadá y el frío, fue recodar
una canción escuchada en una tienda y la borrachera en un país de extraños que después
se me hicieron entrañables, fue tocar los sueños dibujados en su tiempo y ver
lo lejos que quedamos de ellos; lo maravilloso de haberlo visto fue recordar lo
fácil que es imaginar el futuro y lo bien que nos hace trazarnos metas en el
aire, al fin que este mundo es de soñadores y verlo a él con su revista en mano
fue dar con una realidad venida de un sueño, verlo fue una casualidad soñada.
La casualidad de la vida no solo trae encantos, también nos
trae rencores guardados, por eso al ver a Pedro de Chile, desencadeno todo lo olvidado,
me hizo recordar la humillación de haber sido llamado ladrón. Pedro me hizo ver mi costumbre
de poner las manos al fuego por los que estimo y aprendí a que no todos harían
lo mismo por uno y así mientras yo nos defendía a los dos, él se defendió solo.
Me tomo dos años el ignorar la opinión ajena ya que los que nos aman saben bien
nuestras fallas y así de bien nos conocen que saben cuales nunca cometeríamos,
Pedro, fuiste una casualidad que también despertó todas las risas por todas tus
ocurrencias, tu alegría y tus líos, duro verte porque recordé la humillación,
pero gusto abrazarte porque me borré esa palabra sabiendo quien soy y quien fui
hace dos años.
La casualidad de Darfeno, es reafirmar que lo que uno quiere
en el pasado se quiere en el presente, cosas buenas pasamos y cosas buenas nos
suceden, abrazo por eso.
El encuentro con Bere en su departamento en ruinas fue
reafirmar su personalidad, todo lo inicia de cero, lo moldea, lo va queriendo
de a poco, lo limpia, lo pule, lo pinta para dejarlo a la medida de su corazón,
uno crece con ella indiscutiblemente, obvio, los que somos parte de su arte sabemos de sus desordenes mentales como su obsesión
por lo perfecto, su necedad a nunca darse por vencida incluso en cosas tan inútiles,
sus ganas de tener la razón siempre, pero aún así por ella uno se ensuciaría las
manos y el corazón para verla contenta, porque ella se esmera en hacer felices
a todos los que ama.
El último encuentro de Gigi que he tenido fue en un abrazo
donde le decía marginal, sabiendo que algo me contestaría ya que pocas veces se
queda callada y así fue, me dijo que creía que le iba a decir algo bonito
debido a que la situación por la cual se iba corriendo con la preocupación en
el cuerpo, yo me quedé callado, la respuesta la formulé de manera inmediata en
mi mente pero no se la dije, así que aquí te la dejo: no dije algo bueno porque
todo lo bueno te lo deseo de siempre y todo momento, encontrarnos en querernos
con malas palabras escondiendo un te amo de corazón.
La casualidad de Amanda en el otro extremo de la ciudad es
darte cuenta de que el cariño sembrado se reafirma de una u otra manera, verte
de nuevo por casualidad es recordar la nieve y el frío es querer emprender
sueños reviviendo el que compartimos, verte es siempre recordar.
Luego como si la vida me siguiera debiendo algo, me topo con
Susana Castillo, que gusto es verte siempre, alegre, sincera, llena de vida, cultura,
sencillez… Mi Susy fue aprender y querer, conocer y seguir queriendo, es amistad
despistada pero sincera, es recordar lo calientito de un bebé feito y a una
francesa tomando clase de ballet por diez minutos diciendo - basta, pog ahoga
hemos tegminado - es escucharla nombrarme - Efra de mi corazón - ¡caray! que fortuna ser parte de su corazón,
es una casualidad riquísima.
Ésta semana que acaba de pasar fue encontrar casualidades y
programar encuentros, fue sentir su bendición y agradecerla, incluso ví gente que nunca me hizo caso y también lo agradecí
porque recordar es vivir el pasado y yo agradezco el mío que ha sido exquisito
y maravilloso gracias a todas las vidas que han tocado la mía.
Destino estamos en paz, sigamos conviviendo en armonía.
Destino estamos en paz, sigamos conviviendo en armonía.