domingo, noviembre 06, 2011

El Consuelo de Platicar con un Extraño


Era un chico tan sencillo, ¡uy! Si lo hubieras visto… seguro que algo le escribías; dinero nunca le faltó y no porque naciera con el, sino porque chambeador siempre fue, tenía 4 funerarias y empezó de chalan en una, pero sí le costó, no te creas; al final yo estaba orgulloso de él, me compraba de todo y me hacía feliz no porque me consintiera, sino porque la vida lo trataba bien.

En la cartera cargaba siempre dinero, cuando estábamos en algún restaurante caro y pasaba una indita vendiendo chicles o una viejita pidiendo limosna, él las invitaba a comer y pedía servicio para ellas y los capitanes se tragaban su pena con los demás comensales porque cliente bueno si que era; con decirte que una vez llevo a comprar zapatos a una que no llevaba y la subió en su coche del año y con asientos de piel, ¿tú lo harías? ¿No verdad?, yo tampoco, pero él sí y sin pesarle y sin dudarlo, yo creo que por eso la vida le daba y le daba.

Su problema era que le gustaban los amores de todo tipo, los fijos, los de paso, los prohibidos, los que aburren, los buenos y hasta los que no conviene y a todos esos amores los trataba de maravilla, aunque muchas veces se le amontonaban y de ahí los problemas, que se le va a hacer, uno tiene sus debilidades, unos el alcohol, drogas, mal carácter… él sólo los amores.

Amigos le sobran porque cuando uno necesitaba algo, él lo apoyaba, lo escuchaba, sus hermanos, sus conocidos, sus clientes, sus amores, nadie que estaba cerca de él algo le faltaba, calladamente algo no cobraba, trabajo ofrecía, recomendaciones regalaba, opiniones daba y abrazos no negaba. 

No entiendo como alguien con tanta fuerza, no se quebraba, la pasó mal muchas veces y seguía siendo lo suficiente humano para escuchar, para abrazar y para ayudar calladamente a quien se lo pedía y a quien no también; groserías sí que decía, uy… a mentadas de madre quería arreglar cada injusticia, de pendejo no bajó al secretario de economía, la puta más grande no fue quien le rompió el corazón dos veces, ¡no!, puta para él era la democracia que se burlaba de la gente que trabaja, que limosna daba a los que esperanza ya no tenía y voto seguro iban a dar… ¡Ah! que muchacho este, no sabes cómo lo extraño…

Francisco Mata
Misterios
¿Tú crees en Dios? Yo dejé de creer en él cuando me quitó la felicidad que crecí, que maduré y que él me daba y no sólo a mí, sino a su madre, su entorno, a los que lo querían y a los que ni lo conocían. Una vez cobró 5 mil pesos por un funeral digno de cualquier católico, teniendo que financiar el 90 %  de los gastos sólo porque a esa pobre mujer, su hijo que con tal de ser gringo se inscribió en el ejército y fue a morir quien sabe en qué parte de Irak; la hija se le fue con un Colombiano y no dio ni las gracias; la señora y su difunto juntaban latas y periódico, reparaban lo que iban pudiendo y limosna jamás aceptaron porque manos y ganas nunca les faltaron, total, en su mesa la comida les costaba su sudor, pero el señor se canso de esperar noticias de la hija y se cansó de llorar al hijo, decía que no era de dios llorarle a los hijos, que lo normal era que uno lo hiciera por sus padres, pero ¿Qué dios permite eso?, yo me preguntaba eso después de que mi hijo consoló a la señora que se quedó sin esposo, ni hijo, ni hija… Nadie se enteró de semejante detalle, sólo yo que andaba de metiche donde no me llamaban y cuando le dije que ¿Por qué gastaba tanto en alguien que ni de su familia era? Él sólo me contesto dos cosas, que no me metiera y que esperaba que si él no estuviera en este mundo alguien nos consolara y que nos ayudara de cualquier manera ya fuera de manera callada o con algún abrazo pero solos no nos quería ver, "uno nunca sabe decía".

Dios sabe porque hace las cosas, yo no y aun no lo entiendo pero consuelo no me ha faltado hijo…

Francisco Mata
Sin Título
Yo escuchaba atento la historia de este señor como de 65 años mientras esperábamos consulta con el doctor, su padecimiento no lo supe, sólo supe que su hijo a los 42 años fue baleado por quitarle su cartera, no se llevaron ni su coche ni su reloj ni nada más, quién lo mató no sabía que tenía más y que tal vez secuestrarlo era mejor. Quién lo mató sólo decidió que muerto le sería más fácil quitarle los billetes que traía. También supe que la señora sin ilusiones, la del funeral financiado, fue quien se encargó de todos los detalles, fue quien recogió el cabello de mi señora mientras vomitaba de rodillas sobre la zona del accidente, fue quien llevó el café a todos los rosarios, fue ella que quien cocinó durante un mes y medio y quien escuchó las peores maldiciones contra todos los dioses y fue ella quien llevó el amor de los mismos dioses a la casa del señor y su mujer de nuevo y el señor continuo...

Ay hijo, en verdad la vida es corta, no sabes cómo extraño platicar con mi hijo como lo hago ahora contigo, daría todo por poder abrazarlo una vez más, pero la vida es así, no se entiende y se va viviendo de a poco, día a día, así que tú no te quedes con ganas de nada, sea cual sea tú naturaleza vívela, no importa si uno es malo o bueno, habrá alguien que te ame, de eso estoy seguro, pero no sabes que bonito es recordar a mi muchacho, lleno de orgullo y poderte decir sus tantas cosas buenas y sus tantas malas, así somos los humanos llenos de tanta cosa ¿a poco no?

Imagínate, el padre al que le grité que su religión no me servía y no me daba consuelo, me dijo con paciencia, y digo con paciencia porque si yo hubiera sido él, me hubiera mentado la madre, con tu perdón hijo, no soy de malas palabras, pero es lo que hubiera hecho. Hubieras visto como le reclamaba, como si él me lo hubiera matado, pero el señor este con no sé cuantas respiraciones me dijo “dios tiene maneras misteriosas de obrar” me dieron ganas de mandarlo derechito a la casa de su señor, pero lo escuché y regresé al siguiente domingo llorando y pidiéndole perdón a él y a su Dios, porque soñé a mi hijo tres días después diciéndome que él bien estaba y que si yo seguía aguantándome las ganas de llorar y de gritar iba a dejar sola a su mamá y pues la pobre ya no me aguantaría otro golpe así; lo vi guapote, seguro y tan tranquilo como si me hubiera visto un día antes. Despertando que me pongo mis pantuflas y que me voy al parque de aquí atrás, el que tiene muchos arbolitos a llorar a las 6 de la mañana, semejante ridículo me sentía aunque ni un alma había allí… Ahí en mitad de la oscuridad y el frío lo solté, dejé de culpar a todo aquel a quien había culpado, a Dios, a mi por no haber estado con él ese día en su auto, al padre con cara de mustio, hasta los policías que dijeron que fue un ajuste de cuentas, porque ahora todo lo que no resuelven de seguro es un ajuste de cuentas y hasta la casa nos revisaron, ya ni eso me quita la tranquilidad al día de hoy… Por eso hijo, cuídate mucho y vive, haz felices a todos si quieres y si no quieres no importa, se tú, porque al día de hoy uno ya no sabe.

Mi turno llegó con el doctor, al salir me despedí con abrazo de aquel señor, la nariz se me puso roja, indicio de que seguro voy a llorar, le dije que lo entiendo, que el dolor que tenemos los que perdimos a alguien se comparte y sabemos que las palabras ajenas no curan, pero si la empatía de no vernos con lastima, es cuestión de verse y recordar que uno también es sobreviviente de muchos dolores.

Salí del consultorio y me dije


"ES DE VALIENTES SOBREVIVIR EN MEDIDE TANTO 


DESFALCO, PERO ES DE HUMANOS 


SEGUIR QUERIENDO LO BUENO"


Pedro Meyer
Todos somos Águilas
 
Yo al día de hoy creo sigo creyendo en lo bueno y que todo va a estar mejor.

miércoles, noviembre 02, 2011

El Consuelo de una Tradición…

Efraín N. M.
Siguiendo la tradición de los ausentes, los que partieron antes que nosotros, los que no nos esperaron, los que cumplieron su ciclo en esta tierra, los que nos enseñaron, los que regresan a ratos y en sueños; para ellos los colores, el día en especifico de Noviembre, los sabores y las velas, para ellos alguna canción y un poco de tequila, para ellos el pan con azúcar y sus fotos, las mejores, las que están a la mano, la que siempre llevamos con nosotros; para ellos el lugar reservado para sentirlos cerca…

Celebramos con un altar, con un rinconcito a los que nos hacen falta y a los que extrañamos, celebramos a los que nada nos deben y a los que mandamos mensajes de una u otra forma.

Pero tengo una duda:

¿Quién celebra a los 50,000 ausentes que se ha llevado la violencia en nuestro país?

A ellos una vela, una oración, una disculpa, una añoranza.

Son 50,000 ausentes buenos unos y otros malos, son 50,000 nombres con algún recuerdo en la memoria de los que se quedaron sin ellos, son 50,000 ausentes que cargamos en la espalda debido a la poca justicia de un país incapaz de poner solución a los conflictos y que al parecer fomentamos con corrupción, mentiras indiferencia y el maldito silencio.
Graciela Iturbide
"Muerte en el Cementerio" o "Mr. Death"

Un silencio que calla y omite, un silencio que ignora, un silencio que observa las noticias de la mañana con indiferencia…

Somos capaces de celebrar el dolor propio pero...
¿el dolor ajeno?
¿Qué lo celebre quien lo sufre?

Son 50,000 ausentes según cifras oficiales pero ¿cuántos desaparecidos sin lugar, sin nombre ni epitafio? 

Son las víctimas de un país sin ley y que se cobija en el consuelo de dar gracias de que no nos ha tocado a nosotros.

¿Deberíamos de dar las gracias por no ser nosotros?

¿Y quién celebra a esas 50,000 personas?

Hoy en los hombros cargo mi silencio y mi omisión, hoy celebro a mis muertos y me culpo por mi falta de tradición, hoy celebro a mi abuela regia de corazón y su música norteña, hoy celebro a mi hermano el que toma el sol a todas horas y doy gracias porque frío no ha de pasar.

Hoy celebro a los ausentes y me aferro sus voces al corazón y me clavo sus abrazos para toda la vida… porque hoy si vinieron…

A los cincuenta mil y dos muertos.  

martes, noviembre 01, 2011

El Consuelo de una Caricia



Benditos los que pueden entregar el cuerpo como si fuera prestado, benditos los cuerpos que tocamos y los que repasamos, bendita cada curva y cada pliegue, bendito el reto de la ropa entre los dedos jugando a desnudarse…
Bendito el sabor ajeno en los labios y benditos los que se entregan como si nada fuera suyo y todo poseyeran.
Envidio a esos que todo regalan y todo tocan, envidio a los que se dejan seducir como si fuera la primera vez, como si fuera la última, como si el tiempo se les acabara y como si el tiempo no les importara.

Benditos los que seducen con su entrega y bendito el cuerpo como lienzo de emociones, colores y sabores, benditas las texturas que recorremos y las que anhelamos recorrer también; bendito el calor ajeno.
Flor Garduño
Bendito el cuerpo del otro en la cama de uno jugando a ser dueños del instante y dueños el uno del otro; poseer por el simple hecho de no querer estar solos, ser sólo caricia única y tal vez la última.
Pretender que benditos somos en el sueño de querer quedarse con el cuerpo del otro toda la vida sin aburrimiento ni tedio, sin frío que falte y calor que sobre, sólo el calor, el bendito calor.

Abrazos perdidos

Canción para leer: Camino para volver - Conchita Si los hubiera abrazado más pienso que tal vez se hubieran quedado más, no lo sé y no lo sa...