sábado, agosto 23, 2025

El jardín que no sabía que tenía

Y se paró en medio de la sala, nadie lo veía, pero todos sabían que estaba ahí. 
Estaba ahí, sin hacer ruido, sin moverse, solo viendo, mirando... observándolo todo. 
Estaba en un jardín que nunca había visto como suyo porque nunca había tenido tiempo o más bien nunca se había hecho de él para observarlo. Tanto trabajo para una sola vida que nunca había visto así, reunido en un solo lugar - Ah chingau... ¿este es mi jardín?, ¿en qué momento planté y crecí todo esto? - se preguntó para si mismo, mientras le daban ganas de abrazar todo lo que veía ahí reunido pero sabía que ya no era tiempo, el suyo había pasado y se volvió a decir - tan poquita vida en tan solo 73 años, ¡que poca madre! - 

Parado ahí en mitad de todo, lo supo después de habérselo preguntado - A huevo, este es mi trabajo - Un montón de emociones lo recorrían, emoción de verlo todo junto, tristeza de saber que ya no podría trabajarlo, melancolía de no haberlo aprovechado más, asombro por nunca haberse aplaudido tan excelentes frutos, dolor de saber que tenía renunciar a él, consuelo de saber que solo su cuerpo se rendía pero no su alma, coraje por no poder abrazarlo una vez más, coraje por no sentir el calor de todo lo que formaba ese jardín y a pesar todo sintió amor, mucho amor.   

-¿Ah que jijos?, ¿en qué momento crecieron tanto? - se preguntaba mientras veía lo que tenía ante sus ojos, ese jardín formado por sus hijos, por sus nietos y bisnietos... amigos de la vida, comadres, yernos, sobrinas y los agregados de todos los que eran su raíces, mejor dicho los que fueron sus raíces, ahora él que alguna vez fue tronco fuerte, le toco ser hoja movida por el viento y llevada a un nuevo lugar, alguien alguna vez dijo, lo fuerte no está en la perdida sino en lo que renuncia uno y él tuvo que renunciar a todo eso, no por falta de ganas o de amor, simplemente lo alcanzo el proceso de la vida, pero al verlo todo ahí, lo supo, lo supo una y mil veces - pinche vida que bonita me tocaste cabrona - 

Mientras todos los asistentes a su misa de cuerpo presente, estaban con la mirada gacha, al parecer buscando los cachitos de sus corazones  rotos, el los veía niños, jugando en su casa, comiendo mariscos en alguna playa, brindando con el amigo presente y recordando a los ausentes, añorando el tiempo que no tendrá más con los nietos, el no poder ver sus logros y penas, el no poder abrazarlos una vez más hacía que él también agachara la cabeza, pero no - ni madres, que los minutos que me queden sea viéndolos, memorizándome sus caras - usaba ese tiempo incierto para recordar lo bonito, soltando lo que alguna vez hirió, esperando ser perdonado por las faltas u omisiones, maldiciendo el cáncer no por el dolor que este acarrea sino por hacer pasar por más penas a sus hijos, lo que siempre quiso ser para ellos fue un plato de comida, una canción, un tequila, una grosería que descargara el alma, no una enfermedad - pero ya basta de chingaderas, así las cosas, yo ya no estoy y ustedes se quedan, cada uno con su dolor, ustedes por dejarme de ver y yo por no haber tenido una ultima comida todos juntos, bendito dios que sé que no se quedan solos, que están rodeados de chingos de gente, de buena gente, de gente chingona para que los saque adelante. Ay que pendejo yo, como si me escucharan, ya me largo a la chingada antes de que me den ganas de soltarme a llorar y las lagrimas no me dejen verlos por última vez-  En ese momento se oyó la voz de un extraño diciendo - la misa ha terminado - y él se volteó sin saber a donde ir, se sintió perdido, - a que la chingada, y ahora qué - sin acabar de decir la sarta de groserías que eran peculiares en él, sintió una mano tomar la suya - ¿Tere eres tú? - preguntó, y como respuesta obtuvo solamente un apretón de manos y los ladridos de dos perros que los acompañaban. 

Y su jardín se quedo muy triste, pero todo estaba en las raíces y esas estaban muy bien plantadas. 

A la familia Piña y sus pilares. 

jueves, abril 03, 2025

Mamey

La mayoria de las respuestas que me da la vida, llegan a través de las preguntas que me hacen otros y hace poco alguien me dijo al verme sostener un litro de licuado de mamey ¿por qué te gusta tanto el mamey? la verdad nunca me había puesto a pensar el pooque, solo había consumido litros de licuado sintiendo confort. 

Me volví a hacer la pregunta cuando me preparaba ahora yo mismo mi licuado, espeso, color salmón, con leche y endulzante natural; lo primero que pasó por mi cabeza fue: sabe a infancia y con esa palabra pude recordar a mi papá pidiendo esa bebida y cuando lo hacía nada salía mal, no había disgustos, no había porque preocuparse más que por disfrutra de mi o su licuado. 

Las pequeñas cosas al final de día pueden tener grandes significados y ahora para volver a ese lugar feliz de mi niñez, me basta con dar un sorbo a un licuado de mamey. 



domingo, enero 19, 2025

Te me fuiste temprano de la fiesta.

Hola Dario, hoy el día estuvo bonito a pesar de todo, pude sentir el frío, el calor, ver lo nublado y lo claro, ver lo seco y lo que esta dispuesto a florecer, pude sentir la vida a pesar del hueco, pude estar y contarte lo siguiente. 

Cuando vibro mi teléfono y vi que era Carlos, sabía el motivo de su llamada. Él y yo nos queremos porque él es una extensión tuya, porque yo sé que si tú lo dejaste pasar a tu vida es porque es digno de confianza y así es mi relación con él: un amigo más que vale la pena cuidar. 

Yo estaba por entrar a ver Flow, una pélicula animada que está nómida y ha ganado varios premios, mi expectativa era alta para una tarde de domingo. Estoy seguro que me diriás con tu tono de voz que exaltaba tu conocimiento pero a la vez amable para compartirlo: ay amigo, verdad que está hermosa la película... y me darías algún dato cultural. Sí así eres tú, el sabelotodo que tiene siempre tema de conversación, que puede hablar de lo más trivial hasta lo más complicado con quién se te acercara. 

La película estuvo llena de mensajes significativos y el más importante: trascender. Nada es gratuito ni casual. Yo terminé el día cansado con alma intentando asimilar la noticia que Carlos me dio en la llamada. Yo
 gasté los breves segundos con mi mecanismo de defensa preferido: la negación. Le dije, no amigo no es cierto, no, no es cierto, no Carlos, no, no, no me digas eso, se lo dije muchas veces. ¿cómo le pude decir eso a alguien que está viviendo el suceso en carne viva? como si vivirlo y entenderlo a tan pocas de perderte no fuera ya suficiente y ahora yo con mi necesidad de que me dijera que no, que era solo llamada para darme buenas noticias que estabas mejor... pero su tono de voz fue suficiente, quebrada, descompuesta a punto de hacerse llanto para darme cuenta de que era real... aunque yo lo sabía desde vi su nombre en la pantalla de llamada entrante, ¡carajo!, pareciera que hoy día solo las cosas importentes se dicen por teléfono, lo trivial se mensajea o se manda por nota de voz, pero esa noticia no podía ser tan impersonal. ¿con qué fuerza le dices a toda la agenda que conoces, que el corazón de la persona de amas ya no pudo más? ¿con qué ánimo, ganas, con qué alma? 
Me negué a creerle a la primera a pesar de saberlo con el corazón y no pude decirlo, no pude decirle a quién iba conmigo: mi amigo Dario ya falleció... 

Te acuerdas que cuando nos reencontramos me diste santo y seña de los tiempos de secundaria, te hacía burla con que eras mi fan. Que chiquito es el mundo para habernos juntado de nuevo y que tan grande es el cielo para guardarte ahora ahí. 

Nunca te dije que llegaste para ayudarnos a sanar, tú de tus malos amores y yo de los míos, nuestra cura fueron las tardes de GYM, hablar y repasar una y mil veces lo que pudimos haber hecho mejor. Fue contar nuestras fallas y las cosas que omitimos, fue hacernos responsables de nuestras acciones sin saber todo lo que nos faltaba por vivir. Contigo era vivir el presente estando ahí a pesar del pasado y sus errores, a pesar de lo incierto del futuro. Fue leer mucho, contigo leí lo que no había leído en años. Juntos conocimos los clásicos que nos habíamos saltado, fue leer a Rosario Castellanos, Juan Rulfo, Kate Morton y más... Esa emoción de leer y vernos para contar nuestras impresiones, tú sumando tu punto de vista social y yo el emocional; uy te acuerdas de los que leímos de Márquez, el Amor en tiempos del Colera y Cien Años de Soledad... Ahora ando muy Florentino Ariza esperando a mi Fermina, pero bueno ya te contaré esa historia a su debido tiempo. 

Al lunes siguiente de la llamada, fue tu velorio. Muchos reunidos por un motivo muy triste: tu ausencia física a pesar de que tu cuerpo estaba ahí y sí ya sabes que no me gusta ir a las cajas a ver el cuerpo del algo que alguna vez, unas horas atrás estaba lleno de vida. Preferí quedarme con la última imagen que tuve tuya: tu fiesta de cumpleaños número 40, llena de luces, risas y gente de vibra como tú, dispuesta y alegre... Me arrepiento de haberme ido de la fiesta antes ya que ahora tú te me fuiste temprano de la mía.

Ay amigo, ahora a quién le voy a contar de mis contrariadas emociones, quién me va a recomendar películas y libros como tú lo hacías. Me quedo con las ganas de tu boda y muchos cafés pendientes. 

Jamás olvidaré tus intentos por encontrame pareja, que buenas anécdotas, desde un gordito, un chaparrito y hasta un narcista... te preguntaría hoy a tono de broma recordando esas tardes: amigo o hater. 

Como te decía hace rato, la perdida de tu presencia física duele, pero de consuelo tengo todos los recuerdos que compartimos, tu voz en el whatsapp, las pelis que vimos y los libros que leímos. 

Bendita la casa de enfrente a pesar de tu ausencia.
Benditos los corazones que tocaste. 
Bendita la vida que te puso en mi camino.
Benditas las estaciones que me recuerdan el proceso de florecer de nuevo.
Bendita la fuerza de los que siguen en pie a pesar de tu partida. 

Ahora tú te me fuiste temprano de mi fiesta pero seguiré celebrando como solo tú sabías hacerlo: viajando, leyendo y dispuesto a todo. 

El jardín que no sabía que tenía

Y se paró en medio de la sala, nadie lo veía, pero todos sabían que estaba ahí.  Estaba ahí, sin hacer ruido, sin moverse, solo viendo, mira...