La mayoria de las respuestas que me da la vida, llegan a través de las preguntas que me hacen otros y hace poco alguien me dijo al verme sostener un litro de licuado de mamey ¿por qué te gusta tanto el mamey? la verdad nunca me había puesto a pensar el pooque, solo había consumido litros de licuado sintiendo confort.
Me volví a hacer la pregunta cuando me preparaba ahora yo mismo mi licuado, espeso, color salmón, con leche y endulzante natural; lo primero que pasó por mi cabeza fue: sabe a infancia y con esa palabra pude recordar a mi papá pidiendo esa bebida y cuando lo hacía nada salía mal, no había disgustos, no había porque preocuparse más que por disfrutra de mi o su licuado.
Las pequeñas cosas al final de día pueden tener grandes significados y ahora para volver a ese lugar feliz de mi niñez, me basta con dar un sorbo a un licuado de mamey.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Porque todos sentimos diferente... Comparte tu sentir.