sábado, agosto 23, 2025

El jardín que no sabía que tenía

Y se paró en medio de la sala, nadie lo veía, pero todos sabían que estaba ahí. 
Estaba ahí, sin hacer ruido, sin moverse, solo viendo, mirando... observándolo todo. 
Estaba en un jardín que nunca había visto como suyo porque nunca había tenido tiempo o más bien nunca se había hecho de él para observarlo. Tanto trabajo para una sola vida que nunca había visto así, reunido en un solo lugar - Ah chingau... ¿este es mi jardín?, ¿en qué momento planté y crecí todo esto? - se preguntó para si mismo, mientras le daban ganas de abrazar todo lo que veía ahí reunido pero sabía que ya no era tiempo, el suyo había pasado y se volvió a decir - tan poquita vida en tan solo 73 años, ¡que poca madre! - 

Parado ahí en mitad de todo, lo supo después de habérselo preguntado - A huevo, este es mi trabajo - Un montón de emociones lo recorrían, emoción de verlo todo junto, tristeza de saber que ya no podría trabajarlo, melancolía de no haberlo aprovechado más, asombro por nunca haberse aplaudido tan excelentes frutos, dolor de saber que tenía renunciar a él, consuelo de saber que solo su cuerpo se rendía pero no su alma, coraje por no poder abrazarlo una vez más, coraje por no sentir el calor de todo lo que formaba ese jardín y a pesar todo sintió amor, mucho amor.   

-¿Ah que jijos?, ¿en qué momento crecieron tanto? - se preguntaba mientras veía lo que tenía ante sus ojos, ese jardín formado por sus hijos, por sus nietos y bisnietos... amigos de la vida, comadres, yernos, sobrinas y los agregados de todos los que eran su raíces, mejor dicho los que fueron sus raíces, ahora él que alguna vez fue tronco fuerte, le toco ser hoja movida por el viento y llevada a un nuevo lugar, alguien alguna vez dijo, lo fuerte no está en la perdida sino en lo que renuncia uno y él tuvo que renunciar a todo eso, no por falta de ganas o de amor, simplemente lo alcanzo el proceso de la vida, pero al verlo todo ahí, lo supo, lo supo una y mil veces - pinche vida que bonita me tocaste cabrona - 

Mientras todos los asistentes a su misa de cuerpo presente, estaban con la mirada gacha, al parecer buscando los cachitos de sus corazones  rotos, el los veía niños, jugando en su casa, comiendo mariscos en alguna playa, brindando con el amigo presente y recordando a los ausentes, añorando el tiempo que no tendrá más con los nietos, el no poder ver sus logros y penas, el no poder abrazarlos una vez más hacía que él también agachara la cabeza, pero no - ni madres, que los minutos que me queden sea viéndolos, memorizándome sus caras - usaba ese tiempo incierto para recordar lo bonito, soltando lo que alguna vez hirió, esperando ser perdonado por las faltas u omisiones, maldiciendo el cáncer no por el dolor que este acarrea sino por hacer pasar por más penas a sus hijos, lo que siempre quiso ser para ellos fue un plato de comida, una canción, un tequila, una grosería que descargara el alma, no una enfermedad - pero ya basta de chingaderas, así las cosas, yo ya no estoy y ustedes se quedan, cada uno con su dolor, ustedes por dejarme de ver y yo por no haber tenido una ultima comida todos juntos, bendito dios que sé que no se quedan solos, que están rodeados de chingos de gente, de buena gente, de gente chingona para que los saque adelante. Ay que pendejo yo, como si me escucharan, ya me largo a la chingada antes de que me den ganas de soltarme a llorar y las lagrimas no me dejen verlos por última vez-  En ese momento se oyó la voz de un extraño diciendo - la misa ha terminado - y él se volteó sin saber a donde ir, se sintió perdido, - a que la chingada, y ahora qué - sin acabar de decir la sarta de groserías que eran peculiares en él, sintió una mano tomar la suya - ¿Tere eres tú? - preguntó, y como respuesta obtuvo solamente un apretón de manos y los ladridos de dos perros que los acompañaban. 

Y su jardín se quedo muy triste, pero todo estaba en las raíces y esas estaban muy bien plantadas. 

A la familia Piña y sus pilares. 

jueves, abril 03, 2025

Mamey

La mayoria de las respuestas que me da la vida, llegan a través de las preguntas que me hacen otros y hace poco alguien me dijo al verme sostener un litro de licuado de mamey ¿por qué te gusta tanto el mamey? la verdad nunca me había puesto a pensar el pooque, solo había consumido litros de licuado sintiendo confort. 

Me volví a hacer la pregunta cuando me preparaba ahora yo mismo mi licuado, espeso, color salmón, con leche y endulzante natural; lo primero que pasó por mi cabeza fue: sabe a infancia y con esa palabra pude recordar a mi papá pidiendo esa bebida y cuando lo hacía nada salía mal, no había disgustos, no había porque preocuparse más que por disfrutra de mi o su licuado. 

Las pequeñas cosas al final de día pueden tener grandes significados y ahora para volver a ese lugar feliz de mi niñez, me basta con dar un sorbo a un licuado de mamey. 



domingo, enero 19, 2025

Te me fuiste temprano de la fiesta.

Hola Dario, hoy el día estuvo bonito a pesar de todo, pude sentir el frío, el calor, ver lo nublado y lo claro, ver lo seco y lo que esta dispuesto a florecer, pude sentir la vida a pesar del hueco, pude estar y contarte lo siguiente. 

Cuando vibro mi teléfono y vi que era Carlos, sabía el motivo de su llamada. Él y yo nos queremos porque él es una extensión tuya, porque yo sé que si tú lo dejaste pasar a tu vida es porque es digno de confianza y así es mi relación con él: un amigo más que vale la pena cuidar. 

Yo estaba por entrar a ver Flow, una pélicula animada que está nómida y ha ganado varios premios, mi expectativa era alta para una tarde de domingo. Estoy seguro que me diriás con tu tono de voz que exaltaba tu conocimiento pero a la vez amable para compartirlo: ay amigo, verdad que está hermosa la película... y me darías algún dato cultural. Sí así eres tú, el sabelotodo que tiene siempre tema de conversación, que puede hablar de lo más trivial hasta lo más complicado con quién se te acercara. 

La película estuvo llena de mensajes significativos y el más importante: trascender. Nada es gratuito ni casual. Yo terminé el día cansado con alma intentando asimilar la noticia que Carlos me dio en la llamada. Yo
 gasté los breves segundos con mi mecanismo de defensa preferido: la negación. Le dije, no amigo no es cierto, no, no es cierto, no Carlos, no, no, no me digas eso, se lo dije muchas veces. ¿cómo le pude decir eso a alguien que está viviendo el suceso en carne viva? como si vivirlo y entenderlo a tan pocas de perderte no fuera ya suficiente y ahora yo con mi necesidad de que me dijera que no, que era solo llamada para darme buenas noticias que estabas mejor... pero su tono de voz fue suficiente, quebrada, descompuesta a punto de hacerse llanto para darme cuenta de que era real... aunque yo lo sabía desde vi su nombre en la pantalla de llamada entrante, ¡carajo!, pareciera que hoy día solo las cosas importentes se dicen por teléfono, lo trivial se mensajea o se manda por nota de voz, pero esa noticia no podía ser tan impersonal. ¿con qué fuerza le dices a toda la agenda que conoces, que el corazón de la persona de amas ya no pudo más? ¿con qué ánimo, ganas, con qué alma? 
Me negué a creerle a la primera a pesar de saberlo con el corazón y no pude decirlo, no pude decirle a quién iba conmigo: mi amigo Dario ya falleció... 

Te acuerdas que cuando nos reencontramos me diste santo y seña de los tiempos de secundaria, te hacía burla con que eras mi fan. Que chiquito es el mundo para habernos juntado de nuevo y que tan grande es el cielo para guardarte ahora ahí. 

Nunca te dije que llegaste para ayudarnos a sanar, tú de tus malos amores y yo de los míos, nuestra cura fueron las tardes de GYM, hablar y repasar una y mil veces lo que pudimos haber hecho mejor. Fue contar nuestras fallas y las cosas que omitimos, fue hacernos responsables de nuestras acciones sin saber todo lo que nos faltaba por vivir. Contigo era vivir el presente estando ahí a pesar del pasado y sus errores, a pesar de lo incierto del futuro. Fue leer mucho, contigo leí lo que no había leído en años. Juntos conocimos los clásicos que nos habíamos saltado, fue leer a Rosario Castellanos, Juan Rulfo, Kate Morton y más... Esa emoción de leer y vernos para contar nuestras impresiones, tú sumando tu punto de vista social y yo el emocional; uy te acuerdas de los que leímos de Márquez, el Amor en tiempos del Colera y Cien Años de Soledad... Ahora ando muy Florentino Ariza esperando a mi Fermina, pero bueno ya te contaré esa historia a su debido tiempo. 

Al lunes siguiente de la llamada, fue tu velorio. Muchos reunidos por un motivo muy triste: tu ausencia física a pesar de que tu cuerpo estaba ahí y sí ya sabes que no me gusta ir a las cajas a ver el cuerpo del algo que alguna vez, unas horas atrás estaba lleno de vida. Preferí quedarme con la última imagen que tuve tuya: tu fiesta de cumpleaños número 40, llena de luces, risas y gente de vibra como tú, dispuesta y alegre... Me arrepiento de haberme ido de la fiesta antes ya que ahora tú te me fuiste temprano de la mía.

Ay amigo, ahora a quién le voy a contar de mis contrariadas emociones, quién me va a recomendar películas y libros como tú lo hacías. Me quedo con las ganas de tu boda y muchos cafés pendientes. 

Jamás olvidaré tus intentos por encontrame pareja, que buenas anécdotas, desde un gordito, un chaparrito y hasta un narcista... te preguntaría hoy a tono de broma recordando esas tardes: amigo o hater. 

Como te decía hace rato, la perdida de tu presencia física duele, pero de consuelo tengo todos los recuerdos que compartimos, tu voz en el whatsapp, las pelis que vimos y los libros que leímos. 

Bendita la casa de enfrente a pesar de tu ausencia.
Benditos los corazones que tocaste. 
Bendita la vida que te puso en mi camino.
Benditas las estaciones que me recuerdan el proceso de florecer de nuevo.
Bendita la fuerza de los que siguen en pie a pesar de tu partida. 

Ahora tú te me fuiste temprano de mi fiesta pero seguiré celebrando como solo tú sabías hacerlo: viajando, leyendo y dispuesto a todo. 

miércoles, julio 10, 2024

Eres una persona increible...

Y me dijiste: eres una persona increible. En ese momento algo de todo lo que traía roto se me rompió más... 
Hoy, justo hoy que llueve, justo hoy que la ropa me aprieta, hoy que todo lo externo me abruma porque sé que por dentro no solo llueve sino que hay una tormenta, pero una sin ruido, una que espanta con solo verla pero como no se oye no dan ganas de correr sino de quedarse a verla.
Hoy que traigo las fuerzas en otro planeta, el amor propio en el fondo de algún mar, la certeza en el espacio, los ojos del otro lado del mundo y la ternura en otra galaxia... es como si todo lo bueno que solía cuidar se me hubiera escapado, cómo si hubiera tirado un frasco lleno de canicas en la pendiente  y estás salieran a toda velocidad lejos de mi... y tus palabras llegan, me dan las gracias por ser yo, tan valiente, tan vivo siempre...
¿Valiente?
¿Valiente?
Sigo rumiando esa palabra, no la creo, esta lejana a mi ahora.
También me dices que mi vida inspira, que denota alegría... Vi en una de mis películas favoritas una frase que decía algo así como: para qué contar las desgracia, de esas ya esta llena la vida, mejor hay que contar cosas que nos asombren. Y sí, siempre he querido contar, decir, aconsejar que estar aquí vale la pena, ojo, no escribo esto como nota de suicidio ni mucho menos, lo que pasa es que me siento perdido, no sé en que vuelta del año perdí esa esencia, esas ganas de seguir, de ver más, de querer más... como si mis sueños y todo yo se diera por vencido. 
¿Es de valientes continuar en el día a día intentado no dejar salir a la fiera herida que tiene ganas de herir. Es de valientes intentar dar un buen ejemplo cuando por dentro solo quiero mentar madres. Es de valientes no pensar en el suicidio pero sí en porque hay gente tan interesante que perdió la vida o esta enferma mientras que yo siento que no tengo nada para dar. Es de valientes seguir por inercia porque sé que quedarme en cama sería una deliciosa pero terrible idea...?
¿Es de valientes decir: siento que ya no puedo y necesito irme lejos, ayuda, un descanso? 
Dices que soy increíble... y mi corazón se hizo muy grande por un segundo. 
Dejemos que la noche haga su magia y me cumpla el deseo de que dure mucho, mucho, mucho, mientras yo llevo tus palabras a un mejor lugar.

lunes, julio 01, 2024

Reclamos pendientes

Me gusta la gente que sabe lo que quiere o por lo menos es honesta al saber que está buscando aún descubrirlo. Con base en esta premisa decido hacerte este reclamo un poco desde el enojo, otro tanto desde la tristeza y un cachito con mala vibe. 

Sí, sí soy intenso, sí sé que es lo que quiero cuando lo veo y cuando te vi supe que eras diferente, cuando te trate me di cuenta que tenías gustos a fines a los míos y cuando me tratabas lo hacías demostrando interes. ¿cómo me puedo confundir si cuando te dije que me gustas, dijiste que sentias lo mismo? ¿cómo pude interpretar mal las señales, si estabas presente? bueno al inicio. 

Yo te pregunté ¿en verdad te interesa esto, sino no pasa nada pero no digas que sí cuando tus acciones demuestran desinteres? Y aquí viene mi enojo. En estos tiempos donde se critica tanto a las generaciones nuevas por el poco compromiso que demuestran en todo porque su paz interior es primordial, se me hace absurdo que uses esos recursos para desaparecer sin tener los agallas para decir: no joven, de momento no estamos manejando el enamoramiento de usted, sin embargo decías que sí, que sí te interesaba y acto seguido desaparecias hasta que te contactaba de nuevo. Cabrón, como diría Odin Dupeiron: "se han renunciado a herencias, a nacionalidades por amor" y tu no tienes el coraje, valentia o dignigidad para decir NO. Si le haces al poco hombre para no lastimar a los demás, creeme, habemos muchos que sabemos lidiar con un NO, pero en mi caso no puedo lidiar con los tibios y no, no se trata de quiera boda a la cuarta cita, pero si me gusta ir en el mismo canal hacia la misma dirección y con un wey que tenga un nivel descente de inteligencia emocional.

No sé a que le juegas, a lo mejor es una crisis de la edad donde tus nuevas rutinas te estan trayendo más seguidores y no sabes por cual decidirte, chance y sea que tienes varios prentedientes, chance sea que tu corazón no está listo o a lo mejor que estas bien sin compromisos. Motivos puedes tener muchos y todos validos, pero por lo mismo de tu edad no hubiera esperado una ausencia de tu parte como respuesta. Y este reclamo se pone bueno, porque también me llevo mi parte: puse mis expectativas y quien las siembra cosecha fracasos porque no está en mi el comportamiento de los otros, por eso te dije, te comenté y te pedí que fueras claro para saber dónde poner esas ganas, mis ganas, de seguir conociendote, de saber de tu día a día, de tu vida, de tus viajes, de tus logros y hasta tus enojos y desfalcos; y de nuevo tu respuesta de que sí que estabas bien y querías lo mismo... acto seguido desaparecias, yo te daba tu espacio y reaparecia en tu pantalla con un "Hola, ¿cómo estás" y luego tu silencio de días y yo creyendo tu respuesta del trabajo arduo, de la rutina pesada, del poco tiempo para lo secundario y sí, ahí entendí que yo estaba en lo secundario y me alejé hasta que perdí el interés, decidí ponertela fácil para no hacer drama, para que guardaras al menos un buen recuerdo mío, pero a quién quiero mentir, ese no soy, a la mierda todo eso porque yo soy confrontativo. Yo quiero abrazos largos con un wey que lo disfrute y que apueste porque haya más de esos abrazos largos. Yo quiero un compañero que diga sí y sus acciones sean congruentes a ese sí y que cuando diga no con tranquilidad y empatia sepa que agradeceré ese no, porque no agradezco el lenguaje, agradezco la comunicación sincera. Yo quiero un hombre que busque atardeceres a mi lado que disfrute el silencio y también que me busque en la mañana con las mismas ganas a pesar del tiempo. Quiero un vato con decisión porque yo no soy para tibios. 

Y ahora te explico porque dije que también escribía esto con tristeza. Lo hago porque por un momento pensé que había dado con esa relación que podría crecer, algo que valía la pena y no es que no valgas la pena, no estoy aquí para decir que eres un canalla, simplemente triste porque me hubiera gustado que fuera algo que no fue, que dijeras cosas que tus acciones avalarán. Para mi siempre serás un ser con muchos talentos, gustos, cultura, música, una mente en busca de cosas que sean todo menos comunes, atractivo, con estilo, que deja buena impresión en las vidas que toca, incluso en la mía... que mi reclamo pendiente de manera elcouente sea: que poca congruencia en tu discurso, y el reclamo pendiente de manera coloquial lo sientas en todo tu cuerpo con todas las letras que lo conforman: que pocos huevos tienes cabrón. 
 
 

domingo, junio 23, 2024

Locuras de mis cuerdas conversaciones

Porqué a veces ciertas emociones despiertan de su letargo, salen como del baúl de los recuerdos y deciden actuar de manera voluntariosa... eso... o quizás tú las despertaste sin querer queriendo. Tantos años sin vernos y de pronto un café con una conversación donde me sentí cómodo, tanto como para dejarme ser sin reservas, te platiqué, te escuché, me interesé en tu vida y te compartí detalles de la mía. Los malos amores, los buenos, los cambios importantes y los insignificantes, las emociones atoradas, los miedos y muchas risas de humor negro. 
Que emoción verte después de 10 años de haber coincidido en un antro y haber sido una linda historia. Te vi más interesante, más con los pies en la tierra y con los años conciliados, también más guapo. 
Yo después de varias citas donde en la mayoría, hablaban de tantas cosas y yo me iba, pensando en los pendientes, en lo que tenia que hacer, en lo que sería tomar un café con el chico que iba pasando solo, empezaba a imaginar lo que sería ir al lado de ese extraño en vez de estar ahí oyendo cosas que no me atrapaban; hasta llegué a pensar "a la mejor el amor es esto, estar con alguien que te hace compañía de manera constante y no ese mar de emociones que me cuentan las pelis o los libros" o " a la mejor es algo que te pasa un par de veces en la vida y yo ya tuve mis historias bonitas" tantas suposiciones sobre el tema del amor... incluso... "a lo mejor el amor es algo que está hecho para los demás y a mi solo me toca estar orgulloso de las historias de la gente que quiero" algunas veces yo intente atrapar al amor, hacer que se quedara aunque yo sabía que no éramos el lugar del otro, pero "a lo mejor había que trabajarlo para que funcionara" y en mis momentos más oscuros "ay seguro el tóxico ese no era tan tóxico y yo hubiera podido aguantarlo... total..." Tantas suposiciones y tantas citas, unas lindas porque se agradece la gente de buenas intensiones que comparte su tiempo pero ni así el corazón o el deseo o las ganas de iniciar algo despertaban. También las citas malas que me hacían decir: pude haber adelantado trabajo, avanzado el libro, pasear a mis perros en vez de estar con este carepicha... 
Contigo pasó diferente, me gustó dejarme ser yo, me recordó lo bien que siente escuchar genuinamente a alguien, reírme con ganas y al despedirnos sentir ese abrazo, ese calorcito que no queria soltar... pero me dije a mi mismo "wey, relax... a lo mejor solo es el clima" pero luego mandaste un mensaje y una canción y la plática fluía, al día siguiente lo mismo y luego una segunda cita y todo fue igual, risas, compartir las historias de la vida, oír música de chicos con talento y otros sin gracia, hasta el moderno que traía terminal para recibir propinas.... fue andar en bici juntos  recorrer el centro y de nuevo al despedirnos un abrazo que no quería que terminará "Efraín ¿qué carajos te pasa?" Luego platicamos un poco más y nos dimos otro abrazo... "mierda, este vato me gusta" no de esa manera intensa para quererte como esposo ni esas locuras, sino me gustas para seguirte conociendo, me gustas como para acompañarnos en museos, cafés, domingos random y cosas de esas. 
Pero de pronto la comunicación empezó a ser menos de tu parte, los mensajes fueron menos, respuestas más pausadas, lo noté pero dije "es normal, el trabajo es mucho". Habíamos quedado de vernos el domingo y conocer tus lugares favoritos. Así lo hicimos y fue interesante visitar lugares nuevos, conocer a tus amigos y comer tus antojos, fue ver un poco de arte y recorrer ese museo que no recordaba así de perfecto. Pero a la vez te notaba distante "ya estás de intenso Efraín..." me decía a mi mismo empezandome a sentir vulnerable pero la verdad es que para mí resulta peligroso volver a sentir algo que no recordaba, no es amor ni nada, sino como esa comodidad de compartir con alguien y me aterra el sentir que el otro está viendo pasar a otro chico y piensa en qué se sentiría estar con él en una cita... puff... yo pensaría que sería mas fácil con la edad y pues no... 
El contener ciertas cosas me cuesta trabajo, bueno en realidad contenerme cualquier cosa no es de mi, no es de mis cualidades, pero ese temor a espantarte me hizo tragarme mis ganas de tomar tu cara entre mis manos y darte un beso, de tomar tu mano y mi manera más infantil de dejar salir esas ganas fue tocarte los hombros, apretarte el brazo o la pierna... 
Con esto no quiero decir que quiero boda o una relación ya, solo decirte que quiero conocerte, compartir más domingos y más días así, que me cuentes de tus viajes, de tus competencias y carreras y decirte que tú puedes y que quieras apostar por conocerme. 
Sí, sí me pones nervioso y sí, sí me da miedo ser vulnerable pero me pregunto "¿qué es lo mejor que podría pasar?" 

¿Qué dices?


domingo, junio 02, 2024

A veces la mejor decisión también duele

 Escribo esto con el mayor de los agradecimientos, y también con una profunda tristeza mal trabajada a lo largo de 3 años. 

No, no es tu culpa, creéme, es mi responsabilidad. Suena maduro decir eso "es mi responsabilidad" pero decirlo tampoco lo hace menos doloroso. El poder hablarlo frente a frente o pensar que leeras estás líneas al menos, me hace sentir más tranquilo, siento que este escrito llegará a buen puerto y cumplirá su cometido. 

Sabes, llegaste en un momento donde estaba en paz y tranquilo, con ganas de más de conocer otros lugares, yo te buscaba desde hacía mucho, sabía que estabas en en Chiapas, ¿donde más? ese lugar tan mágico, tan verde, con calles empedradas, con climas para abrazarme yo mismo con la chamarra mas calientita y ver las estrellas, oler el atol, escuchar la marimba del centro. Sabía que tenías que estar ahí, muchas veces alce la mirada al cielo y pedi que me llevaran a ti y el destino, los angeles, dios o la vida que está para condecer caprichos pero a su caprichoso antojo, le tomó 11 años llevarme a ti. 

Fue en línea, como todo lo de ahora, comida, ropa, teconologia, todo a un click de d


istancia y así fue. Puse mis preferencias, donde y como te quería, sabiendo que tendrías defectos y estaba dispuesto a correr el riesgo. Y los corrí todo al encontrarte. Te di mis datos, llamaste, me dijiste que fuera para San Cristóbal de las Casas y así lo hice un lunes 21 de junio a las 6 am.

Mejor recibimiento no pude tener, mandaste a alguien por mí al aeropuerto de Tuxtla, empaque muchas maletas, hace tres años no sabía viajar ligero, no sé sí hoy en día lo hago mejor, eso de viajar ligero, pero al menos lo intento. Lo que sí sabía es que quería que funcionara, quería quedarme allá, quería hacer mi vida allá y el cielo que ví hacía San Cristóbal subiendo desde Tuxtla me decía, "Sí, no pudiste correr mejor riesgo", un mar de nubes ante mis ojos me daba la bienvenida a lo que ya estaba siendo mi nueva vida. 

Cuando te conocí fue enamorarme de tus detalles, fue en el desayuno, eso no se olvida y creo que todos los que te hemos conocido no me dejaran mentir, estar dentro de ti y poder recorrer todos tus espacios es una delicia, trater de averiguar porqué el acomodo, los libros, las antiguedades, los radios viejos, los autores, los cantantes, los poetas... con el paso del tiempo dejé de preguntarme y empecé a invertarme historias, otras veces me revelabas el porque y yo me sentía afortunado de poder desenmarañar un acertijo. 

Pasaron los días y encontré un lugar para mi, no lo pude llamar mío, mi hogar, mi casa, porque algo me decía que no serías para siempre, tal vez mi miedo al fracaso, tal vez lo que veía no me hacía decir: dejate ir, haz de este lugar tu nueva vida para siempre. No pude. 

Te veía tan comodo, creciendo, alimentandote de la gente que te rodeaba y al inició me dio mucho gusto conocer perdonsas que habían estado desde el inicio y hablaba de ti como un milagro y con mucho agradecimiento, eso contagiaba, y eso me hizo estar ahí seis meses. Luego vino un viaje y un nuevo inicio, quise estar ahí, pero también fue conocer gente que sabía de tu grandeza, pero también sabía tus carencias, sabía tu esfuerzo y también tu frialdad, pero eso no importaba, yo quería aprenderte, saber los comos de tu visión, saber esa pasión por crear cosas tan perfectas a la vista y imperfectas de cerca, pero eso no importa, porque quien decide conocerte basta solo pasar unas horas contigo, las suficientes para caer maravillados e irse con esa emoción y querer regresar muchas veces, pero los que se quedan contigo, los que están 24/7 contigo saben los detalles incomodos, lo que duele, lo que pasas por alto porque la necesidad es grande y tal vez la confiaza de encontrar algo mejor es muy poca y por eso decides quedarte, no hablar en el mejor de los casos y en otras, me tocó conocer, personas que hablán de más, que divulgan tus defectos o personas que estan urgidos de ser escuchados, de ser entendidos y en esos recorridos donde se repetia la misma historia, de gente en busca de querer desahogarse de ti, fue cuando supe que algo no me cuadraba. 

Hablé con pasión de ti, de tu alcance, de tus logros, de las cosas que te hace grande, que son muchas, muchísimas, pero las que no quieres ver por incomidad, porque son tonterias, porque te pegan en la utilidad, son las que me ponían pensar, esas no las comentaba, solo asentía al oirlas, pero no las repetía. 

Ese dilema me llevó a otro año dentro de ti, vinieron más proyectos, más obras maestras, más lugares hermosos, más historias que contar y más te pude conocer o desconocer mejor dicho, pero estando en Chiapas me hize el loco, me ignoré a mismo por las mismas razones que lo hacen las demás, falta de confinza en la vida y en mis talentos... mejor algo seguro a medias que correr otra vez el riesgo de empezar de cero, total, estaba la selva para buscar alivio, los lagos para calmar las ansias, los ríos para dejarse ser, los bosques para oir algo más que lo repetitivo de todos los días.

Emepece a notar lo que era notable, las diferencias que hacías, la claridad que pedías pero que nunca llegaba a los demás, o al menos a mi, a hacer menos mi labor que solo buscaba hacer más grande tu proyecto. Lo peor fue que lo noté y lo callé porque venía otro proyecto del cual era una dicha poder decir "yo formé parte de ese espacio" y me volvía a arremangar la camisa y a darlo todo de nuevo, guíar a otros, hacer creer a otros lo que yo ya no creía, pero todo porque me apasionaba estar ahí... y así pasé otro año creyendo que todo iba a mejorar, creyendo que tal vez entendería tus formas y sería capaz de sobrellevarlo como lo hacían los demás, que ya se veían cansados, ya pedian cambios pero tus proyectos siempre seducen, la gradenza reenamora y ahí van de nuevo. 

En medio de tanta música, madera y detalles, en medio de tanta belleza también corren las injusticias, pero no pasa nada, la gente no sabe, bajale el sueldo, no pasa nada. Mandala a otros estados a pesar de que no quieren, no pasa nada, la gente aguanta. El discurso que das en primera persona es maravillo, pero creo que llega de manera equivocada o también me pongo a pensar ¿qué tan honesto es de donde nace? porque la realidad es otra. Podría contar las historias ajenas pero no es el punto de esta historia. 

Cuando los malos modos me nacen y la pasión me empieza a faltar es cuando sé que algo no me va bien. Cuando empiezo a filtrar la frustración en mis contestaciones a otros, algo estoy manejando mal y pues a ser honesto conmigo mismo ¿esto es lo que quiero pemear en la gente? No es la contestación pero el cansancio ya es mucho y lo mejor es terminar esta relación, que solo es laboral, pero no deja de ser una relación. 

Regreso al momento en el que dije que sí a este trabajo y me duele la expectativa, me duele mi deseo de que funcionara, de que este sería el bueno, de que aquí podría crecer y establecerme, pero lo que me duele más es que supe a los pocos meses de que aquí no sería y me aferré, me quise quedar, quise que ahí fuera, quise que tanta belleza bastara y no fue así. 

Agradecido me voy porque sí, sí aprendí mucho, pude conocer mucho más de lo que esperaba, conocí gente super inteligente, gente con un gran corazón, gente muy divertida y gente con mucha pasión por lo que hace. Agradecido porque pude crear, pude planear, analizar y dar resultados, gracias por lo bueno y también por lo malo. 

El gran aprendizaje es que el tiempo es lo unico que no vuelve y a pesar del dolor de dejar todo lo que conocí por tres años, elejirme a mi es la mejor decisión, a pesar del miedo, la ansiedad se me repita la misma palabra: confia...

miércoles, abril 17, 2024

Abrazos perdidos

Canción para leer: Camino para volver - Conchita

Si los hubiera abrazado más pienso que tal vez se hubieran quedado más, no lo sé y no lo sabré jamás, pero con cada pérdida queda un hueco y a veces el dolor me llegó años después... de haber entendido su presencia, su falta sería menos.

Si supieran que cada uno de ellos me formó y me regaló momentos precisos, historias para contar, detalles que no quiero olvidar, sabores que quiero volver a probar y aromas que me hacen falta.


Si lo hubiera abrazado más tal vez no se hubieran ido sin despedirse, si lo hubiera escuchado más tal vez aún estarían aquí celebrando su cumpleaños en los 17 de abriles que me han hecho falta. Si lo hubiera abrazado más tal vez hoy estaríamos comiendo pastel y riendo de las tonterías de la vida o hablando de lo infelices que somos en algún ámbito de la vida, pero de lo agradecidos que somos por tenernos...


A la abuela de Monterrey, si la hubiera abrazado más y llevado a más lugares se hubiera dado cuenta que no todo es enojo y arduo trabajo, que no todo es preocupación... Si la hubiera abrazado tal vez hubiera sido menos dura y menos huraña, tanto la lastimaron que se protegió en exceso y llegar a su corazón era de valientes... Llegué... porque al final por teléfono nos decíamos que nos queríamos mucho y hoy en día sigo pensando en sus salsas y llorando como no lo hice la primera vez que se fue cuando miro al cielo y necesito fuerza.


A la bisabuela mágica, si la hubiera abrazado más, hubiera conocido más de su pasado y de su historia llena de magia y secretos, me forjo y sabía que iría por buen camino a pesar de mi mal comportamiento y lo travieso que era, porque si la hubiera abrazado cada vez que me sirvió té de manzanilla con leche, cada vez que me dio pan con leche o atole de sabores en el pocillo azul de toda mi infancia, tal vez mi pasado tendría más sentido.


Al bisabuelo del ron con poquita Coca Cola, si lo hubiera abrazado, más hubiera sabido de sus mujeres y sus aventuras, de los lugares donde andaba cuando era buscado y también hubiera sabido si sentía paz cuando era encontrado, que era para él Veracruz, que extrañaba más y que agradecía el doble... pero me dio miedo el fin, y me fui alejando de a poco, lo dejé de abrazar, lo dejé de abrazar, lo perdí antes de que se fuera...


A la perrita que era y no parecía schnauzer, si te hubiera abrazado más hubiera entendido tu sufrimiento y te hubiera dejado ir... no tuve el valor y tu último aliento lo diste conmigo...



¡Caramba! sí que soy frío.... Tal vez no todos los días los pienso pero si todo el tiempo me hacen falta, tal vez los cuente mucho y del mismo modo pero lo que cambia son las palabras, mi ánimo o el lugar de mi recuerdo. Casi siempre les pido su apoyo, su fuerza, su guía y simpre siempre voy a pedir por encontrar un abrazo de ustedes.


Si los hubiera abrazado más...

viernes, septiembre 01, 2023

La vida en sí...

NOTA: antes de leer poner como soundtrack "God moving over the face of the water"

6:30 de la mañana, es una mañana fría de Mayo en esa parte del mundo, el hielo ha dejado de cubrir de blanco todo, se siente el calor del sol a pesar del aire frío de esas horas. Me visto, me pongo mis calcetines amarillos, como me ha gustado ese color de siempre, tan lleno de vida, siempre me recuerda al sol que dibuja de niño, con ese amarillo canario. Me apuro porque sino la mañana del sábado empezará a despertar a la ciudad. Me aseguro de poner agua en la mochila, repelente contra mosquitos, en el lago siempre hay; me llevo bloqueador, un par de manzanas y listo. Me pongo mis patines, me pongo los audifonos y pongo en modo repetir la canción "God moving over the face of the water" de Moby, no soy su fiel seguidor, simplemente aplaudo y valoro que alguien con unas notas, con unas letras, me haga vibrar. Subo las escaleras, cruzo la puerta y salgo, el frío de Mayo cumple su promesa, sale vapor de mi boca al exhalar, caliento mis manos frotandolas, llevo una chamarra ligera porque sé que el frío no durará mucho. 

La calle está tranquila, no hay gente en ella, solo el sol que empieza a pegar en el pasto y a contra luz las gotas de agua de la noche de hace unas horas. La sombra de las casas juega conmigo al momento en que paso frente a ellas y sentir el frío, luego el sol y un poco de calor, sombra y el frío, el sol y el calor de nuevo. Los árboles tienen áun pocas hojas, están en ese proceso de soltar el duro invierno y empíezan a abrazar la primera. Las primeras notas del piano de la melodía de Moby,  me hacen sentir mas fuerza a cada zancada, bendigo ese sentimiento de sentir, de estar presente, de poder escuchar como la ciudad va despertanto un poco más a cada nota, a cada centímetroque avanzo... Los negocios que paso empiezan a abrir sus puertas, a barrer su cachito de acera, las cafeterías empiezan con ese olor a café recién hecho, no era asiudo a esa bebida en ese entonces, pero estoy seguro que las promesas que prometia esa bebida, las estaba cumpliendo a esas personas con tazas en las manos a esa hora. 

A cada paso, cada vez que mis piernas me impulsan más hacía el lago que está en la parte baja de la ciudad, la velocidad aumenta, el aire empuja mi chamarra, los bellos de mis piernas se erizan... la canción de Moby me lleva a un viaje dentro de mi viaje, saludo a un desconocido de una panadería - buenos días- le digo, él asiente y continuo. 

La melodía llega a su climax, el lago aparece ante mi, patino más rápido, siento la vida. Veo un puente de concreto, lo cruzo por abajo, apresuro el paso, no hay autos, solo aire, sonido, tranquilidad... Llego al camino para bicicletas que rodea el lago, lo recorro más rápido, no hay coches que me hagan tener cuidado, no hay gente. A mi lado, un tipo de trigo que tiene las espigas rojas, no sé su nombre, solo sé que se mueve a favor del viento, la melodía está por acabar, empieza a bajar el ritmo, no porque esté cansada, sino porque da paso a la tranquilidad después de haberme llevado por tan corto pero largo y placentero viaje... vuelve a iniciar la melodía.

Níngun amor del pasado me atormenta, no pasa por mi cabeza los amores que están por venir, en ese momento no sé de perdidas ni de consuelos, los que amo están en mi corazón, la melodía vuele a llevarme a emociones "sublimes", esa palabra suena rimbombante, pero no hay otra para describir ese estado donde mi cuerpo es uno con el aire, mis pies son uno con la tierra, mis oidos sienten, mis ojos lloran por esa paz chiquita que me da el lugar, la música... la vida. 

Por unos minutos no sé del cáncer que tocaría a mi abuela unos meses después ni el de mi madre unos años más adelante, no sabré de los aciertos o descalabros que los cambios que haga me traeran. En esos momentos ni idea tengo que conoceré un amor que me hará estallar de todas las formas posibles y también me haría conocer la más profunda tristeza. Menos estaba en mi cabeza que años después podría nombrar las emociones y poder sentirlas y poder contarlas y poder ser honesto ante ellas. En ese momento somos yo, mis patines, la mañana, el aire contra mi cuerpo, el lago reflejando el sol, la paz, esa sensación de calidez, ese amor por algo que estoy a punto de descubrir que no sé si tarde o me estaba adelantando, la música vuelve a subir, vuelve a llevarme... me lleva... y justo ahí es cuando toco la vida. 


Después de muchos años de avanzar por fin me dentego a sentir la vida, la vida, solo la vida. 


domingo, julio 16, 2023

¿Cómo le hago princesa?

Y llegó como llegan siempre las cosas bonitas, de manera inesperada, como una estrella en el vientre.

Camila, nunca te conocí, te viví a través de los otros, de mi mamá, de mi tía, de tus bisabuelos, de tus tías y ahora pido que ese dolor que deja tu partida se reparta entre todos aquellos que conocieron tu nombre y desearon tu recuperación. 

Leo a tu abuela escribir ¿cómo le hago princesa? y se me viene las palabras a los dedos ¿cómo le hiciste tu Cami para llegar tan lejos en un proceso tan cansado? sé que quisiste tirar la toalla muchos días, sé que la comida era un martirio, que los hospitales fueron tu casa, que la escuela hubiera sido una maravilla en vez de un tormento como para muchos niños. Te imagino viendo a la ventana deseando tener una "normalidad" constante, esa que muchos maldecimos y que para ti hubiera sido otra vida. ¿Cómo le hiciste Cami, para aguntar tanto? ese amor infinito de mamá, ese amor que pasó a ella a través de tu abuela, una bisabuela, tías terrenales, tías celestiales... ese amor que conectaba para darte ánimos, fuerza, amor para que pudieras seguir, para que pudieras seguir sintiendo todo lo que una niña de tu edad debería estar sintiendo. ¿Cómo le hiciste Cami, para no rendirte? admiro tu fuerza, porque acá las noticas eran, ya salíó bien, ya recayó, ya salío del hospital, ya regresó, ¿Qué te movía, qué te hacía seguir una y otra vez? 

Cami, yo creo en el universo, en la energía, en dios pero como esa luz que nos da a todos esa chispa para hacer el bien y el mal a nuestro antojo confiando en que haremos lo mejor con ella. Aprendí a no culpar a Dios por esos procesos que jamás me dijo serían solo buenos, aprendí mejor a agradecerle y sentir bonito cuando las cosas bonitas pasan, cuando abro mi corazón y mis sentidos a oir la lluvía caer, a sentirme vivo al ver al cielo y creer que este me escucha, me entiende y unas veces me consuela y ahora con tu partida estoy muy seguro que esa chispa de vida que tienes fue alimentada con amor puro, sí, también con miedo de saber que los días están contados, pero también esa chispa fue llenada con mucha fe de que todo lo bueno tiene que pasar, que lo bueno es más grande, que lo bueno reina en nuestro día a día. Cami, bendita tu chispa que la hiciste durar hasta que ya no fue posible. 

Esa pregunta que lanzó tu abuela al universo, me gustaría respondersela desde el amor y la empatía, no hay otra cosa que se pueda o deba tener cuando el corazón se tiene en el suelo, con la mitad de él incinerado y la otra mitad con huecos, dolor y cansancio. ¿Cómo le hago princesa? como lo hiciste tú Cami, alimentando esa chispa con el amor de los que están y no están, con esas ganas de pensar que todo estará bien mañana, CONFIANDO que seguro todo será mejor, aunque no lo parezca y no sea posible... al final todo sigue su curso. 

El curso de Cami, fue el descanso, fue soltar el dolor y abrazar lo que sigue, confiar en el lugar que sigue, la vida que sigue, las personas que sigan, todo lo que venga seguirá llenandola de amor, haciendo más grande esa chispa, que a pesar de todo el cansancio su base, estoy seguro, fue el amor. 



Cristy, no hay explicación del porque una chispa se puede apagar tan pronto y con tanto dolor, lo que si puedo asegurar es que tú acompañaste a Cami siendo balsamo para las quemaduras, paliativos para el dolor, alimento para el alma cuando la comida no pasaba, fuiste esa mano calida cuando el frío apretaba, esa historia que contabas para asustar los miedos, fuiste esa canción que bailaron, esa coreografía para darle un poco de normalidad a sus días, fuiste ese "todo estará bien" aunque tu corazón se moría de miedo. 

¿Cómo le harás Cristy? confiando y sabiendo que diste y das todo el amor que inlcuso no sabías que tenías.

Te abrazo con el alma entera. 

miércoles, marzo 22, 2023

– Dilo, deja que salga – me dijo...

 Puso su mano sobre la boca de mi estómago, la mantuvo ahí y dijo

-habla

- ¿qué quieres que diga?

 – no tú, tu cuerpo, deja que hable.

Y mi cuerpo habló, de pronto un frío recorrió mi piel, pero no de fuera, sino de dentro, un nudo en la garganta, un par de lagrimas salieron de mis ojos sin explicación.

-Dilo, deja que salga – me dijo.

-No me dejes

Mi razón no entendía lo que boca decía… pero al sentir las palabras por segunda vez llegaron a mis todos esos momentos que no entendí en emoción, pero si en razón: todo pasa por algo. Esto es para que aprenda algo. Claro, este me llevará a otro nivel. No llores, no hay tiempo para eso, hay que estar a salvo. Sonríe todo es mejor sonriendo. Fíjate en no molestar, mejor apoya, tienes que ser fuerte para los demás. No sientas, escucha a los otros, acompaña a los otros.

Tanta razón fue guardando ese sentimiento entre los pulmones y el estómago, ese lugar cómodo donde aprendí a que con azúcar se callaba la maldita esa, esa que de pronto dejaba de ponerme de mal humor con un pastel de chocolate, unas galletas oreo de vainilla, una Carlota de limón. Ese que salía con mascará de ira haciéndome odiar al mundo, a la vida, a mi familia, a mi suerte, mi lugar, mi espacio, mis decisiones, me era más fácil odiar que aceptarla.

En ese momento, con la mano de un extraño en la boca de mi estómago, broto esa sensación de derrota, ese cansancio, se me borró la sonrisa y la pude aceptar. La tristeza.

-Di lo que no has dicho, no a mí, sino a ti – me dijo el extraño – ¿a quién le dices que no te deje?

En ese momento muchos momentos en mi vida fueron brotando.

A esa perrita que atropellaron cuándo yo era niño y no pude despedir y en vez de eso, arranqué en ira destruyendo todo, “no me dejes” quería decir, pero ya era tarde y no recuerdo que pasó días después, no recuerdo si me explicaron la muerte, no recuerdo si me abrazaron, solo recuerdo esa ira.

Esas ganas de decirle a mi mamá, “no me dejes” cuando decidió irse por su seguridad y para iniciar de nuevo con nosotros unos días después, yo sentí que fueron meses y que ni siquiera pude decirle eso porque se fue sin explicarme nada.

A mi papá cuando pudo quedarse a mi cumple pero prefirió irse a estrenar una raqueta, “no te vayas, quédate” quería decirle, pero mi razón convertida creció en ese momento, seguro tenía sus miedos y razones, pero me hubiera gustado que se quedara.

A Daniel cuando decidió que era mejor el suicidio que quedarse a jugar un rato más play, a contarnos los pesares de la vida, “no te vayas, quédate, esto vale la pena a pesar del dolor, son más las cosas buenas que malas, juntos se siente menos feo” es lo que me hubiera gustado gritarle al oído, abrazarlo antes de que decidiera cortar su respiración.

A mi abuela María, la mala unos días, la dura otros, la que hacía milagros con la inestabilidad de mi padre, la que estuvo siempre con una salsa, tortilla y frijoles como base de todo alimento. “quédate un poco más, vamos a comer juntos, déjame llevarte” pero no pudo, el carbón de su infancia pasó factura a sus pulmones, eso y el cigarro y pues no sufrió mucho, pero yo sigo buscándola en un buen taco, una salsa tatemada y unos frijoles negros.

El mejor consejo de todos, “no mata el alcohol, lo que mata es la coca” decía mi bisabuelo, “no te vayas todavía, aún tenemos muchas celebraciones por delante” y tanto celebró que hasta se hizo amigo de su cáncer, tanto tanto que no supo que lo tuvo.


Mi mejor amiga, después de 14 años me cumplió el deseo de que si se iba a morir fuera en mis brazos y a pesar de eso y ciego de su sufrimiento le pedí “no te mueras, no me dejes, a quién le voy a contar todas mis locuras, No te mueras y prometo sacarte más a pasear, pero no te mueras” Me miró de forma cansada y yo le pedí perdón por todo y le agradecí por esos 14 años pero aún no quería que se fuera.

La bisabuela del té de manzanilla con leche, la de la panera llena de conchas y gendarmes, a la que le tomaba de su monedero para comprarme tonterías, la de la magia…. No le pude decir nada porque tenía muchas batallas en la mente y no se me ocurrió decirle nada en ese momento. Hoy día, si le pudiera decir algo sería: gracias por no dejarme sin rumbo y hacer lo mejor para mi a pesar de tus años y perdón por toda la lata que di.

A mi abuelo el que prefirió irse lejos, el que no quería incomodar, ponernos en peligro, el deportista incansable, el taquero, el necio que prefería dormir con el control en mano antes de cederlo. Gracias por ser hilo conductor, gracias por ser el padre de mi madre, gracias por hacerla feliz, gracias por mi infancia de galletas, tacos y paseos a lugares asombrosos.

Tantos momentos tristísimos para mí, tanto dolor callado, recuerdo haberme derrumbado a mi manera, pero no recuerdo haber pedido ser abrazado o consolado, hice una constante el “ser fuerte” y luego enojarme porque nadie estaba para mí. Un ciclo donde yo era fuerte para que nadie se me acercara porque si lo hacía me quebraría y saldrían no sé que cosas, para después recriminar que nadie estaba para mi y luego ser más fuerte para mi porque los demás a mi alrededor suponían que yo estaba bien.

No es que al día de hoy ya vaya llorando por la calle o que a la primera perdida o bajón vaya a ser otro, para empezar pido al universo por no tener otra perdida, pero como sé que esas son inevitables, me pido a mi mismo la capacidad para poder vivir las penas a través de todas las emociones respetando a cada una en su proceso, sin estancarme, sin acortarlas, sin alargarlas, sin disfrazarlas… sintiéndolas… fluyendo.

-Dilo, deja que salga – me dijo, y así está siendo.

El jardín que no sabía que tenía

Y se paró en medio de la sala, nadie lo veía, pero todos sabían que estaba ahí.  Estaba ahí, sin hacer ruido, sin moverse, solo viendo, mira...