domingo, diciembre 04, 2022

Tanto tiempo en tan pocos años (38)

Tantas historias pendientes en todos estos años, tantos cuentos inconclusos. A veces pareciera tanto tiempo en tan pocos años y otras veces muchos sucesos para tan poco tiempo. Desde hace más de un año al salir de casa rumbo al trabajo veo el cielo como la misma vida, esto según mi percepción, unos días claros que dan ganas de amar hasta lo que no he conocido y otros días grises, humedos, con neblina que dan ganas de regresar a mi cama y maldecir todo lo que me ha traído hasta aquí, pero a pesar de esas ganas, continuo.


Tanto en mi cabeza, tantas preguntas: ¿traigo mis llaves? sería una calamidad haberlas dejado y tener que hablarle a la casera... ¿programé junta, a qué hora? ¿lo estoy haciendo bien? ¿todo esto que estoy haciendo vale la pena? ¿Mi equipo está bien?. Paso de las preguntas del día día a las existenciales: ¿Esto es la vida? ¿Así se debe de vivir de la vida? ¿Esto es lo que quiero? ¿Estoy llegando a algún lugar?. Me relajo. Luego vienen las preguntas que realmente importan: ¿mi madre sigue mejor? y luego los pensamientos que calman: ¡como extraño a Billie!, bendita mi abuela y mi abuelo que siguen vivos, ¡que afortunado yo que tuve abuelos de más y hasta bisabuelos que me dejaron alguna manía o consejo. Regresan los pensamientos mundanos: ¿cómo le hacen los demás para tener una vida más en órden? ¿cómo le hacen para mantener el ritmo mientras yo ando queriendo irme a todos lados menos aquí?. “Tranquilo” me digo y recuerdo la promesa que hice al llegar acá: el día que deje de sorprenderme de los cielos de esta ciudad y deje de querer alcanzar la cima de las montañas que veo, ese día me voy de San Cristóbal.


Curiosa la vida que en el 2009 me trajo para llorar a mi abuela paterna y ahora en 2022 cada vez que veo San Cristobalito hablo con ella: ay María, ¿a poco no es bonito?, y juego a que me contestas y sigo la conversación, sí, sí vale el estrés y el miedo estar acá, al fin que la vida se nos va resolviendo poco a poco, y sí María, me voy a quedar por curiosidad a ver hasta donde da esta vaina. 


Y así los días en su rutina constante: llego tarde unos días, otros más, me estreso, me río, como, planeo, agradezco al equipo que tengo unos días y otros los maldigo a todos no al mismo tiempo pero sí por partes, salgo tarde, hablo con mi madre; como me gusta oír su voz, escucharla bien, dispuesta a trabajar por su bienestar aunque le tema a la tristeza. Ay ma… creo que eso viene de familia, si vieras cuánto me costó reconocerla, abrazarla y al día de hoy me cuesta, no es fácil aceptarnos tristes cuando nos han enseñado a ti y a mi a sonreír aunque nos duela el corazón, como la canción de Chaplin, pero es cierto que eso nos ayudó, fue nuestro escudo ante las cosas que no entendíamos y es cierto, hemos hecho lo que hemos podido con lo que tenemos y bendito el destino, la vida, el universo, dios… hoy es mucho. 


Regreso a lo que me trae a mi blog hoy, a los 38 años y como llego a ellos: llego sin esa historia épica de amor que me hubiera puesto el estómago al revés de pura emoción, sin el sueldo para la casa de jardín grande, sin ese trabajo que me haga decir es aquí, sin mi familia cerca, sin esos amigos de la vida para brindar… Sí, sí, sí… ya sé que estoy contando lo que no tengo, pero a eso voy… todas esas cosas o personas que al día de hoy no tengo me han dado mucho más de lo que a veces creo. Este año la vida me ha dado un espacio para mi donde puedo repetir los TOCS que tanto odiaba de mi mamá pero que me hacen sentirla cerca, me hacen agradecer los fierros que me han dados las abuelas y los abuelos, me han dado nuevos amigos con los cuales conocer nuevos lugares, vivir nuevas situaciones para crear nuevos recuerdos. Me han hecho aprender a escuchar más, a ser más consciente de mis acciones, a leerme mejor en momentos que no entiendo, a ser honesto conmigo y sobre todo a respirar. También recalco que a pesar de lo zen que me oigo la verdad he aprendido a querer ese lado agrio y amarguito que tengo, mucho tiempo intenté ser “mejor persona”, pero cambié eso por ser más honesto con mis emociones,viviendolas intentando no lastimar a los demás y digo intentando porque sigo llevándome gente entre la mala leche de mis estados ánimo, pero también he aprendido a decir “me equivoqué”, en fin… Yo creía que los 38 iba a tener la vida resuelta y resulta que sigo con las mismas dudas de los veintes, los mismos malos hábitos de los 18 y sí, sí suena muy jodido (río de manera irónica mientras escribo esto) pero a mi beneficio tengo una certeza que nunca había tenido antes: estar vivo vale la pena porque tengo la curiosidad, las ganas de ver qué sigue, qué errores voy a cometer. Quiero saber si el amor de todos los años sobrantes está a la vuelta de la esquina como dicen. Quiero tocar el mar muchas veces más, tomar el sol y sentir la arena. Quiero asombrarme con los atardeceres siempre. Quiero abrazar a mi perro. Quiero cantar muchos años más las mañanitas a la gente que amo. Quiero reír como adolescente al jugar bajo la lluvia, llorar con un el final de un buen libro. Quiero conocer a Ángeles Mastretta, probar el pastel más rico, conocer Austría de la mano de un buen amor, visitar a los amigos de otros países, seguir conservando a los que ya tengo y hacer nuevos. Quiero tener muchos orgasmos, usar mi cuerpo, que valga la pena tenerlo y agradecerle cuando ya esté viejo por todas las dolencias causadas por el buen uso. Quiero afrontar las tristezas llorando, sabiendo que quien ha merecido la dicha puede soportar la desgracia. Quiero que la paciencia, mi menor y casi nula virtud, me acompañe en todos mis procesos, en todos inicios, mis pausas y mis finales. Quiero sentarme en mi ventana como estoy ahora, ver hacía afuera y sentirme en paz conmigo, sentirme en casa en donde quiera que esté, sabiendo que los míos están en mi corazón, que habitan en él a pesar de la distancia o su ausencia, el daño o la lección… 

Bienvenidos los 38 y de corazón deseo caminarlos una buena temporada con los pies en la arena con la única intención de contemplar y disfrutar el mar porque así la vida: fiera, calma, arrebata, tranquila pero nunca quieta ¡Feliz cumple Efraín!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Porque todos sentimos diferente... Comparte tu sentir.

Abrazos perdidos

Canción para leer: Camino para volver - Conchita Si los hubiera abrazado más pienso que tal vez se hubieran quedado más, no lo sé y no lo sa...