No recuerdo si me contaste de la bolita en tu pecho antes de saber el diagnostico, hoy que inicio a escribir estas líneas empiezo a recordar un poco, pero todo muy vago. Ese día Marco, tu compañero de vida, me habló por teléfono para decirnos que llegáramos antes a casa para recibirte y darte la noticia todos juntos, él, mi hermano y yo para decirte que la biopsia había dado positiva a cáncer. Menudo notición para una tarde nublada.
Me contaste que estabas en casa una noche viendo la televisión
y que un comercial, bendita tele abierta que yo te reclamaba por
ver teniendo opciones más interesantes por cable o en otras plataformas, salían
actrices diciendo “Tócate” y eso hiciste esa noche para descubrir una pequeña
bolita. Le hablaste a Marco para decirle que seguramente no era nada, que no
pasaba nada y también él bendito, él y su obstinación que puede ser fastidiosa
muchas veces, pero que esa noche fue clave para poder contar hoy la historia desde otra posición. Marco casi te obligó a ir consulta, te acompañó a la biopsia pidiendo a la
doctora en secreto que le dijera a él primero el diagnóstico antes que a ti, esto para saber la mejor manera de darte la noticia, si es que había una "mejor" manera.
Me cuentas hoy día de que estabas segura que la biopsia sería negativa a cáncer,
que lo sentías, que estabas confiada, pero al vernos a los tres en casa antes ya
te ibas dando cuenta, pero aun así seguías negando la posibilidad de tener cáncer
de mamá.
Recuerdo estar en tu habitación, darte la noticia, plantear todas las opciones, pero la única a la que te aferraste fue a la sanar, a la de vivir fuese como fuese. Busque consejo con una persona de mi pasado que seguía estando presente y que sigue, a veces las historias inconclusas las llevamos toda la vida, y agradezco que él nos dio el contacto de un oncólogo cirujano que te acompaño en todo el proceso con seriedad pero con mucha empatía. Fue en una de las primeras consultas donde él plantea la opción necesaria de la mastectomía: un cuarto de mama, un medio de mama, la mama completa… para ese momento la mastografía en ambas mamas había indicado que la derecha tenía el cáncer muy pequeño y que la izquierda tenía calcificaciones. Tu respuesta al planteamiento de la mastectomía vino de tu boca con una seguridad que me hizo casi romper a llorar en ese momento, pero no podía... estaba de apoyo a cualquier decisión que tomarás, dijiste: mastectomía en ambas mamas. Con esa decisión estabas dejando a un lado tus pechos, tu feminidad conocida, tu vanidad, fueran pequeños o como fueran eras tus pechos y estabas eligiendo vivir. De todas las decisiones valientes que has tomado en tu vida, fui participe de esta y casi me pongo a llorar al ver lo valiente que fuiste y que has sido todos los días de tu existencia, siempre eligiendo el amor y la vida. Elegiste perdonar a tu papá que hizo distinción con tus hermanos, elegiste perdonar a tu mamá en los errores que te hubiera gustado no hubiera cometido, elegiste perdonar al hombre que elegiste amar desde el día uno y que terminó casi con tu vida, pero no con tus ganas de amar, elegiste iniciar de cero, elegiste creer en ti a pesar de que muchos te decían lo contrario, elegiste perdonarte por tu fallas como madre, elegiste tener mascotas y aprender a cuidarlas, elegiste el proceso de verte con cariño a pesar de las cicatrices.
Tu cáncer fue un proceso muy doloroso, fueron muchas
cirugías, muchos días rezando porque el tratamiento funcionara, que no tuvieras
secuelas. Fue someterte a la mastectomía dolorosa junto con la reconstrucción
mamaria, luego la cirugía para retirar el implante derecho ya que tu cuerpo lo
rechazó, luego otra cirugía porque también el otro implante fue rechazado. El
tratamiento de la pastilla diaria trajo complicaciones en tu matriz y había el
temor de que hubiera cáncer en matriz, gracias a dios no lo hubo. Primero fue
dar tus mamás, luego tu matriz… todo por estar viva, porque siempre has elegido
vivir.
En tu primer cirugía tenías una cara de miedo, que miedo,
terror. Se veía en todo tu semblante el pavor que tenías. Te acompañé hasta el quirófano,
tomé tu mano, te abracé antes de que subieras a la camilla y evité llorar todos
mis miedos ¿y si algo te pasaba? ¿y si no salías del quirófano y si algo salía
mal? ¿y si esa era la última vez que te vería? Me aferré a mi confianza al
universo, a Dios, a la vida y dejé todo en manos de algo que me diera calma.
Saliste viva, cansada y dolorida pero viva. Me di cuenta de que mi reacción a los momentos de
miedo e incertidumbre es ponerme en blanco, paralizarme, pero gracias a dios
estabas ahí intentando entender y adaptarte a tu nueva realidad.
Pasaste por tanto y nosotros acompañándote intentando
hacerlo más llevadero. Solo una persona que se aferra a la decisión de la vida
como tú lo hiciste sabe el abanico de las emociones mejor que nadie, miedo, ira,
coraje, tristeza, ánimo, incertidumbre, agradecimiento, dolor, amor, confianza,
seguridad, tranquilidad, todas en un mismo día. Miedo a que el cáncer regrese,
ira por no saber porque a ti y no a alguien más, coraje por perder parte de ti,
tristeza al ver tu imagen al espejo, ánimo al volverte a ver al espejo y saber
que es más importante estar viva con cicatrices que no estarlo, incertidumbre por no saber qué más te traería
la vida, agradecimiento de contar tu historia desde el plano de la salud, dolor
porque removiste viejas cicatrices de autoestima, amor por todo lo que estaba a
tu alrededor, confianza de saber que pasase lo que pasase estabas viva, seguridad
cada vez que tomabas tu pastilla diaria, tranquilidad al saber tu capacidad de
sanación interna, tranquilidad por tu capacidad de amarte y amar tu entorno.
Ma, escribo esto recordando el dolor y el miedo que pasamos
años atrás, escribo esto para rescatar y resignificar la historia. Escribo esto
con la intención de recodar siempre elegir la vida a pesar de todo.
Espero estas líneas las leas con ojos de desapego sabiendo
que la vida nos pone y nos quita a su antojo, no con malicia o con bondad, sino
con la naturalidad de que todo es un proceso de sumas y restas… nuestra única ventaja
ante todo cambio es conocer bien nuestras emociones para poderlas vivir con responsabilidad,
para amar con intensidad, para odiar cuando sea necesario, para agradecer y
maldecir sabiendo que todo es un momento.
La felicidad es pesar de todo y no con base en…
Gracias mamá.
Gracias, por estas líneas, por nunca dejarme sola, por estar siempre a mi lado, por no soltarme y por enseñarme a ver las cosas desde otro punto de vista
ResponderEliminarTe amo muchísimo mi vida!!!